Según la Escuela de Medicina de la Universidad Católica de Chile, la incontinencia urinaria se define como la “condición en el cual se produce una pérdida involuntaria de la orina por la uretra suficiente para constituirse en un problema social”.
También explican que esta condición se presenta de un 10 a un 35 por ciento en las personas mayores de 65 años y le puede suceder tanto a hombres como a mujeres, siendo las mujeres quienes presentan mayor índice de este padecimiento.
La incontinencia urinaria afecta más allá de las molestias y complicaciones que puedan presentar el paciente como abrasiones cutáneas e infecciones urinarias, además de ello, la pérdida involuntaria de orina afecta la calidad de vida de quien la padece debido a que promueve el aislamiento social y produce trastornos psíquicos.
Si una persona presenta ganas de ir al baño muy seguidas (sobre todo en las noches), dificultad para aguantarse, dolores, molestia o dificultades al orinar, debe acudir a un especialista dado que puede estar presentando alteraciones de la vejiga o el esfínter urinario.
Los expertos destacan que los síntomas, pueden ser producidos por complicaciones que ocurren cuando se afecta la vejiga y la uretra por procesos inflamatorios, problemas de almacenamiento, disfunción del vaciamiento, vejiga neurogénica y nicturia.
Los tipos más frecuentes de incontinencia son:
- Incontinencia de esfuerzo: se produce pérdida urinaria de pequeños volúmenes frente a esfuerzos físicos que suponen un aumento de la presión intraabdominal por esfuerzo, como toser, reír o estornudar. Esto se debe al debilitamiento de los músculos responsables de mantener cerrada la vejiga.
- Incontinencia de urgencia: Se presenta con unas ganas repentinas y urgentes de orinar, debido a que los músculos de la vejiga se contraen involuntariamente antes de que esta se llene, ocasionando la pérdida de orina antes de lograr llegar al baño.
Cabe destacar que, por lo general, los tratamientos se aplican según sea el caso de cada persona y están destinados a mejorar los síntomas, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente.
Ajustar cantidad en la ingesta de líquidos, tener accesos fáciles al baño, realizar ejercicios del suelo pélvico, ingerir medicamentos, inyección de Bótox y cirugía; son algunos de los tratamientos que se realizan frente a la incontinencia, todos con la orientación de un especialista.