La atención domiciliaria como alternativa a la hospitalización convencional

Crece la tendencia hacia la hospitalización domiciliaria

Los pacientes que optan por este contexto para su recuperación reaccionan mejor al tratamiento, producto de un contexto biosicosocial donde la familia colabora en la contención.

La hospitalización domiciliaria es una tendencia cada vez más presente en la realidad chilena. En el país, el Ministerio de Salud cuenta con el Programa de Atención Domiciliaria a Personas con Dependencia Severa, dirigido a quienes sufren algún grado de dependencia, ya sea física, psíquica o multidéficit. Este programa también acoge al cuidador, otorgando al grupo familiar una atención integral en su domicilio desde el ámbito físico, emocional y social.

María Vanessa Hormazábal, directora de la Escuela de Enfermería de la Universidad Central, destaca que la atención domiciliaria es una actividad que se ejecuta desde la atención primaria de salud y que busca prevenir la hospitalización. Sin embargo, los hospitales también han avanzado en otorgar cuidados en el domicilio, organizando unidades domiciliarias que tienen por objetivo sustituir la estadía en el centro de salud.

En efecto, uno de los centros médicos que ha venido desarrollando un programa de este tipo desde hace algún tiempo es el Hospital Gustavo Fricke.

María Paz Delón López, jefa (s) de Unidades Ambulatorias del centro médico, explica que la hospitalización domiciliaria, como programa, comenzó en el año 2012. A la fecha, lleva un total de 39.745 días camas ocupados y 3.475 personas atendidas.

«En los cupos de hospitalización domiciliaria hay una rotativa constante. La idea es completar el tratamiento en pacientes que están terminando un proceso o que, por ejemplo, dentro de su patología completan tratamiento antibiótico. Esto significa dejar libres cupos para pacientes que necesitan estar en el hospital por razones de mayor gravedad», apunta.

Actualmente, los beneficiados por este programa del Hospital Gustavo Fricke residen en Viña del Mar y Concón. El ingreso al mismo es a través de la derivación desde los servicios clínicos, en el caso de personas hospitalizadas, y a través de la Unidad de Emergencia de Adultos.

Humanizar la sanidad

El médico Rafael Jara, geriatra del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, indica que cuando un paciente abrevia su estancia en un hospital y puede ser tratado en su domicilio tiene acceso a una asistencia personalizada ya que, probablemente, es el único enfermo recibiendo cuidados.

«La familia o cuidadores focalizan la atención en la persona. Los acompañantes se ven motivados a aprender acerca del cuadro clínico y tienen la oportunidad de optimizar los cuidados y de reforzar los lazos familiares (o de amistad) dentro de esta experiencia», asegura.

Según el especialista, ello influye de forma positiva en el paciente, quien se ve beneficiado en su proceso de mejoría porque se reduce el estrés que provoca la hospitalización. Si se reduce el estrés, el dolor y otros síntomas son manejados de mejor forma, a la vez que disminuye la ansiedad y mejoran la comunicación y estado cognitivo, entre otros. Asimismo, la presencia de un entorno conocido le permite a la persona orientarse mejor y reducir el riesgo de delirium (estado confusional asociado a enfermedades agudas) y participar activamente en su rehabilitación.

«La ausencia de estrés también tiene efectos fisiológicos como mejorar el consumo de oxígeno y la actividad inmunológica», destaca.

El Dr. Felipe Salech, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, avala lo anterior. Señala que el ambiente hospitalario habitualmente es plano y poco estimulante, lo que favorece condiciones como el delirium, en el que los pacientes se desorientan de forma aguda con importantes efectos deletéreos sobre su cuidado.

Salech dice que otro aspecto está relacionado con la carga microbiológica. El uso frecuente de antibióticos y la selección de pacientes que ingresan al hospital (muchos de ellos con patologías crónicas y/o graves) hace que los microorganismos que colonizan los hospitales tengan un patrón de alta resistencia antibiótica.

«Hemos aprendido que la hospitalización se asocia a ciertos riesgos para los pacientes. Además, han mejorado las posibilidades de ofrecer servicios en el domicilio de estos, tanto en la gama de recursos como en su accesibilidad», asevera.

Apoyo tecnológico

Sebastián Miranda, gerente de la División Médica de Arquimed, explica que existen diversas razones por las cuales en los últimos años ha aumentado la tendencia hacia la hospitalización domiciliaria y, entre ellas, destaca el desarrollo de la tecnología.

A su consideración, la tecnología ha hecho posible que un paciente esté hospitalizado en su domicilio y sea permanentemente monitoreado desde un centro de referencia remoto, que mantiene en vigilancia su recuperación y su buen estado de salud.

«En general, el uso de una cama y del sistema hospitalario es carísimo, por ello, este tipo de servicios, que cuentan con monitoreo remoto y profesionales que visitan al enfermo, es más económico», asegura.

Por otra parte, desde el punto de vista sanitario, Miranda dice la contención de costos es importante, porque se están liberando camas y se disminuyen las listas de espera, a la vez que las personas se recuperan bajo una dinámica diferente que aporta a todo el sistema de salud, tanto privado como público.

«La interoperabilidad y la conectividad de los equipos, como también la operación de otras compañías de servicios con los sistemas de salud tradicionales empieza a copar este mercado, lo que aumenta las proyecciones del mismo en el mediano y largo plazo. Vemos un desarrollo muy rápido tanto en innovación, como en productos y servicios», indica.

Según el ejecutivo, es vital aprovechar de manera positiva esta brecha que permitirá incentivar tanto el desarrollo como el uso de nuevas tecnologías, entre ellas la telemedicina.

En esta línea destaca AccuHealth, el primer «hospital virtual» del país que monitorea la salud de los pacientes a distancia. Felipe Letelier, gerente general de la entidad, indica que ya son cerca de 12.000 los pacientes que han sido «telemonitorizados» a lo largo del país, con la supervisión de un equipo especializado que realiza un trabajo preventivo para la detección temprana de problemas asociados a enfermedades crónicas y post operatorias.

«Nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida de los pacientes a través de la tecnología, que hoy nos permite llegar al corazón de los hogares de gente con enfermedades crónicas y estar muy pendientes de ellos. Esto significa poder anticipar episodios críticos de esas personas, con un positivo impacto en la salud de la población en general», explica.

En el caso de AccuHealth, lo anterior es posible gracias a un telemonitor, un dispositivo portátil con el que el paciente monitorea, desde su hogar, el estado de su enfermedad. Con esta tecnología se pueden realizar mediciones como presión arterial o glicemia, entre otros datos que llegan automáticamente a una central.

Nada de esto es ajeno a lo que sucede en otras partes del mundo. Un estudio reciente realizado en Inglaterra por Deloitte, y titulado Connected Health How digital technology is transforming health and social care, detalla cómo la tecnología está cada día más penetrada en la sociedad y al servicio de esta, en aspectos tan relevantes como el cuidado de la salud.

 

Tomado de: El Mercurio

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