El ejercicio es una actividad popularmente conocida por aportar una gran variedad de beneficios para la salud. Puede ayudarte a mantener la salud del corazón, un buen estado de ánimo y un peso saludable.
Pero una reciente investigación demuestra que también podría proteger las habilidades cognitivas de las personas.
Según la evidencia de múltiples estudios, añadir ejercicio leve o moderado a tu rutina, puede ayudarte a mantener el cuerpo joven y sano.
Esta misma relación parece funcionar entre el ejercicio y la mente, ya que con solo 10 minutos diarios de actividad física puede mejorar la función cognitiva a corto plazo. Incluso, hacer ejercicio regularmente durante 6 meses podría revertir los síntomas del deterioro cognitivo leve.
Para comprender esta suerte de efecto protector y curativo en el funcionamiento del cerebro, un grupo de expertos de diferentes instituciones académicas internacionales investigaron algunos de los mecanismos biológicos presentes en esta relación.
Los investigadores provenían de instituciones como la Universidad Federal de Río de Janeiro en Brasil y el Instituto Taub para la Investigación de la Enfermedad de Alzheimer y el Envejecimiento del Cerebro en la Universidad de Columbia en Nueva York, EE.UU.
A partir de analizar modelos de ratones, encontraron que una proteína y una hormona liberadas durante el ejercicio podrían ser el factor principal detrás de la disminución del deterioro cognitivo, relacionado con enfermedades como el Alzheimer. Sus hallazgos fueron presentados por la revista Nature Medicine.
La proteína que estimula la memoria
Junto a su equipo, el autor principal del trabajo, Mychael Lourenco, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, explica que en la enfermedad de Alzheimer, así como en otras enfermedades neurodegenerativas, las señales hormonales se ven afectadas.
Por este motivo, los investigadores decidieron identificar esas vías de señalización, con el objetivo de encontrar mejores tratamientos y enfoques preventivos para el deterioro cognitivo.
Comenzaron observando los niveles hormonales en el hipocampo y el líquido cefalorraquídeo de las personas con Alzheimer. Luego, repitieron la investigación, pero en este caso, con ratones.
Tras analizar las muestras, encontraron que en el Alzheimer, los niveles de una proteína y una hormona llamada irisina, se reducen significativamente tanto en el hipocampo como en el líquido cefalorraquídeo.
Los investigadores explican que la irisina es una proteína mensajera, liberada por las células musculares en respuesta a los estímulos que ocurren durante el ejercicio o la actividad física.
La posibilidad de una terapia nueva y atractiva
Los investigadores compartieron la idea de que la irisina es clave para proteger la memoria y la salud del cerebro. Los resultados que les permitieron llegar a esta conclusión, fueron los siguientes:
Los ratones que los investigadores diseñaron para expresar niveles de irisina en el cerebro, por debajo de lo normal, tuvieron problemas con la memoria a corto plazo y menor capacidad para fortalecer las sinapsis. Éstas son los enlaces entre las neuronas que sostienen el flujo de información y el recuerdo de la memoria en el cerebro.
Cuando los investigadores aumentaron el nivel de irisina en roedores, encontraron que esto también aumentaba su memoria y capacidad para elaborar y fortalecer nuevas sinapsis.
Cuando bloqueaban la señalización de la irisina en los ratones, éstos ya no disfrutaban del impulso cognitivo que suele ofrecer el ejercicio.
Estos resultados abren la posibilidad de que esta proteína estimulada por el ejercicio, pueda convertirse en un nuevo objetivo terapéutico para tratar enfermedades neurodegenerativas.
Los autores expresaron: “Nuestros hallazgos sugieren que la FNDC5/irisina podría significar una nueva y atractiva terapia, dirigida a prevenir la demencia en pacientes en riesgo y retrasar su progresión en pacientes en etapas posteriores, incluidos aquellos que ya no pueden hacer ejercicio“.
(Fuente: La Opinión)